El Festival chileno de Viña
del Mar, es uno de los más pulcros y exitosos de Latinoamérica. Y siempre
intenta estar al día con los grandes números que circulan por el mundo. Pero en
una oportunidad, cohabitaron con la incómoda situación de que varios grandes números no podían ser
contratados. Le escribieron a fulanito
y estaba de gira. Llamaron a los menganitos
y estaban grabando. Y también lo intentaron con el astro de la canción
romántica, Luís Miguel, y la respuesta fue: “está de vacaciones”… Me quedé patidifuso...
¿Se puede hacer eso?... Era la primera vez que escuchaba que un cantor tiene
“vacaciones”.
Y de un buen tiempo a esta
parte, yo también me vi en la necesidad de “tener vacaciones”, zafarme de la
vorágine de conciertos, conferencias, entrevistas... Y siempre elijo el mes de
Enero. Vale decir, que cuando llegan propuestas en Noviembre o Diciembre
pretendiendo algún evento para Enero, mi productora les dice: “el señor Daniel
está de vacaciones”…Y todo lo pasan para Febrero. Y si alguna vez he tenido que
cantar en Enero, habrá sido por algún contrato que no se pudo cristalizar en la
fecha convenida y tuvieron que hacerlo forzosamente en el primer mes del año.
Pero si, el mes de Enero es MI
mes de vacaciones. Lo aprovecho para hacer chequeos médicos, papeleos diversos
e intentar hacer absolutamente nada. Pero para alguien que se la pasa creando y
maquinando obras ¿puede haber vacaciones? Lamentablemente la respuesta es NO.
Uno no puede dejar de estar urdiendo y conceptuando todo tipo de ejercicios
artísticos, ya sea componiendo, escribiendo, ensayando, grabando, dibujando,
diseñando… No le podemos decir a nuestra cabeza que deje de funcionar. No le
podemos decir a nuestra imaginación que deje de esforzarse. Yo trato de hacer
lo que hacen los abogados, contadores o arquitectos, o
los alumnos y maestros, y trato de NO meterme en materia durante algunas
semanas, encerrándome a ver tele, salir a caminar con mi novia o tratar de
distraer la mente lo más que se pueda... Pero al final es inútil.
Ante esto, sólo puedo decir
que alguien que se dedique a estas labores relacionadas con el arte, vive
constantemente en la cárcel de la creatividad, es un preso inindultable, un
condenado a la perpetua cadena de la creación y la confección de un cosmos
mental del cual no puedes huir. Escapar de esos universos, sería como intentar
escapar de la vida, sería como agonizar, como una especie de suicidio, y el
suicidio nunca será una herramienta recomendable en un mundo tan necesitado de
vida. De vida y de imaginación. (Daniel F)