lunes, 13 de abril de 2015

¿EN QUÉ RADICA LA FORTALEZA DE UNA BANDA DE ROCK?

Esta nueva publicación, surge de una pregunta que, humildemente, me hicieron en el Facebook. La pregunta venía de unos muchachos que componen un conjunto de rock, pregunta que está muy muy lejos de las clásicas interrogantes de entrevistadores “profesionales”, donde suelen caer incógnitas tan burras como “¿Cuántas fans tienes?” o “¿Por qué la F?”…   





¿EN QUÉ RADICA LA FORTALEZA DE UNA BANDA DE ROCK?


En su cohesión, en su unificación de ideas, en su norte claro, en creer en lo que están haciendo, en su perseverancia, en la ausencia de egos insensatos. Listo. Esto que debería ser una publicación corta, me veo en la obligación de ahondar un poquito más.

¿Vieron la película La Bamba? Pues bien, muy pocas biomovie, suelen gozar de un trato tan cercano con la realidad. Ahí se muestra a un chico de raíces mexicanas (un pobre chicano de nombre Ricardo Valenzuela) cuando es “descubierto” por un productor norteamericano, quien está dispuesto a convertirlo en una estrella del rock. Pero como condición le pide, primero, que cambie de banda y, segundo, que cambie de nombre, y que “desde ahora te llamarás Ritchie Valens”… El muchacho, a regañadientes, acepta el cambio de nombre, pero rehúsa a desprenderse de los compañeros con quienes inició este tortuoso camino en el mundo del rock and roll. El productor le insiste, y le dice que piense en su música... "Entiende, Ritchie, no a todos les toca"...  Ricardo queda en silencio, lo piensa y luego dice: “Acepto… Pero lo hago por mi familia”.

Y de estos casos, habrá cien mil. Se me viene a la mente el mundo del fútbol, donde al jugador más destacado de tu equipo favorito, de pronto se lo lleva un poderoso Club europeo o lo contratan para un influyente equipo local, ese odioso y acaudalado rival que suele hacer y deshacer equipos a su antojo. Y los hinchas, en lugar de alegrarse por tal acontecimiento, en lugar de congratular y desearle suerte al ahora “ex equipista”, pues lo insultan, le pintarrajean su humilde casa, asedian a su familia, le llaman “traidor”, “vendido” y todas esas estupideces que lo vemos mucho en esta y en otras esferas de la sociedad.





“Yo hago cosas, mientras los demás solo hablan de “hacer cosas”… Yo no salgo de fiesta, no fumo, no bebo, no tomo drogas… Todo eso me impediría el seguir trabajando” (Henry Rollins). 


Uno de los músicos más honestos y respetados del hardcore punk norteamericano, es Henry Rollins, el cantante de aquella bandaza californiana llamada Black Flag (Bandera Negra). Su discurso siempre estuvo ligado a la anarquía, un pensamiento político que lucha por una humanidad más justa y en paz. Y él creía mucho en La Cultura, él pensaba que las obras arte, eran el ariete para el cambio de rumbo en este planeta. Y se dio a la tarea de fundar su propia productora y editora de música y libros. Los conciertos son una forma de financiarse, pero para una banda “no comercial” eso es insuficiente. Así que comenzó a aceptar hacer propagandas televisivas para las más destacadas firmas comerciales. Y una de estas fue NIKE. Y de pronto vimos en la tele al gran Henry Rollins, haciendo spots televisivos para tan poderosa marca. La reacción de algunas bandas y fanzines underground, no se hizo esperar, y competían entre sí para ver quien lanza el insulto más grave hacia “ese traidor de Nike”. Su banda demostró fortaleza, apoyando a su cantante, y no desentendiéndose de sus actividades “paralelas”. Y lo más contundente vino del propio Rollins, cuando dijo: “Si cada spot publicitario, me va a servir para poder editar un libro de algún escritor nuevo, o un disco de una banda desconocida… pues seguiré, eso no lo duden”… Cerrándoles la boca a todos los idiotas.

Y volvemos al inicio. El creer en lo que hacen y el no dejar que otros decidan por ti, hace que tu posición dentro del mundo del rock, sea lo suficientemente fuerte como para NO ser tumbado. La fortaleza de una banda de rock (y creo que la fortaleza de cualquier individuo en una sociedad tan intolerante, competitiva y egoísta), dependerá de lo claro que tengas tus sueños y de lo sólido de tus objetivos.