miércoles, 28 de mayo de 2014

EL PAPEL HIGIÉNICO





UN ARTÍCULO QUE LE SACARÁ LA MIERRDD… A TODOS 



Yo recuerdo que cuando era chico, la época era muy apremiante por la escasez de ciertos productos. Y uno de estos productos que envolvía por su ausencia, era el Papel Higiénico. Al menos en mi casa no había. Tampoco había en casa de mis vecinos, ni en mi colegio primario, ni en la casa de mis compañeros de aula, ni en los restaurantes, ni en ningún otro sitio.

En donde podíamos verlos,  era en alguna exclusiva tienda donde se expendía como artículo de lujo, a precios francamente prohibitivos. Todos tenían en sus baños papel de periódico, de cuadernos, de archivos pasados, revistas, restos de guías telefónicas… Recuerdo que en uno de mis tantos trabajos que tuve, un taller de carpintería metálica, la gente se limpiaba con restos de tocuyo o con el cuero-tapiz, lo cual hizo que entrar al baño  -para mí- se volviera un asunto de aventura y de arrojo inmedible. 

Cuando en alguna ocasión, llegaba a mi casa un pequeño rollo con el bendito papel, y cuando algún invitado entraba a nuestro baño y veía tan maravillosa joya, éste salía extasiado! boquiabierto! deslumbrado!!... No cabía en su asombro que podía darle curso al desacostumbrado ejercicio de limpiar el asterisco con algo tan menguado como un poquito de papel higiénico.

Cuando trabajaba en un Estudio de Grabación (como “ingeniero de sonido”), llegaban cien clientes de todo tipo de música. En eso llegan los del grupo GUINDA, agrupación de cumbia muy famosa y de fuerte presencia en aquellos años 80. Y uno de sus cantantes, cuenta que, en una de esas noches normales y comunes de la Lima de bombazos y apagones, se le ocurrió a su huacha ponerse algo floja. En tan tremendo apagón, el amigo llegó al baño como pudo. Al notar que NO había papel, le pidió a su hijo que le alcanzara algo para proceder a la depuración respectiva del lucero de los desfogues… Al rato, su hijo toca la puerta y le alcanza un poco de papel. El cantante, en medio de esa lóbrega oscuridad, procede a la limpieza y se retira a dormir. Al día siguiente, ve que su cama estaba ennegrecida, sus sábanas negras, sus frazadas negras… se toca por atrás… y su mano retorna negra…. El muchacho, en la oscuridad, le había dado a su papá PAPEL CARBÓN… Y cuando el padre le pregunta que porqué le había dado ese papel, el hijo contestó: “Es que no me dijiste para qué lo querías”…..

Pero bueno, esas son las cosas que solían pasar ante la ausencia notoria y evidente del santísimo papel higiénico. Lógicamente, antes que se invente el papel, y antes que le den a esta pulpa de celulosa, el actual uso que le dan, había otras maneras de poner en práctica nuestra limpieza posterior. 

Los romanos usaban esponjas o lana, dependiendo del estatus social. Con la esponja, por ejemplo, pasaba que era un instrumento que lo ubicaban en los baños públicos. En realidad era un palo en cuyo extremo había una esponja que era usado por todos los “usuarios” (¿ah??). Lo cual hacía de esta gimnasia de ir al sanitario, una verdadera aventura. A menos, claro, que cada quien lleve su propio utensilio personal para limpiarse. En la edad media, el Heno era un recurso muy empleado. En días de diarrea familiar, las vacas se veían obligadas a hacer forzadas dietas.  En los EEUU usaban las mazorcas del maíz y telas viejas. Los esquimales, con tanto frío, usaban musgo y nieve, mientras que en la contraparte soleada, Hawai, solían limpiarse con algunas frutas o también con las cáscaras del coco... No quiero ni imaginarme eso.

Clásica herramienta para limpiarse, en la época de los Romanos


Como buenos exponentes de otro planeta, los chinos fueron los primeros en usar el papel higiénico, aunque estaba reservada solo para los emperadores. 

Hasta que llegó el día en que a alguien se le ocurrió inventar el papel enrollado, que si bien en principio NO se utilizó para la higiene, dejó sentado (valga la expresión) un gran precedente (valga la imaginación) para un futuro mejor. Y quien mejor que los norteamericanos para encontrarle el sentido empresarial al asunto y se comience a comercializar este papel para fines tan arteros y profilácticos.

Pero si, pz, es todo un rollo esto de nuestro querido papel higiénico y sus variables para la limpieza a posteriori. Hay quienes son más delicados y usan pañitos húmedos o toallitas perfumadas… Pero eso es ya…. OTRO ROLLO.